sábado, enero 31

Playa Bruja

El primer recuerdo que tengo de mi infancia es muy simple y anecdótico. Es una pequeña postal de una tarde en la playa Bruja, donde yo, apenas contaba con tres años de edad. No recuerdo si ya podía articular palabras (seguramente si, pues, ya tenía tres años de edad, aunque quizá y era mucho más pequeño). Estoy corriendo a toda velocidad por la arena húmeda, todo se tambalea, mis brazos, mi panza, la cabeza, no hay nada estable. El ruido de las olas se deshacen en la orilla y yo me encuentro feliz, un tanto excitado sin saber muy bien porque. A lo lejos, en el agua, mi abuela se remoja los pies mientras contempla el horizonte. De vez en cuando, se inclina para recoger un poco de mar y se la unta en los brazos con una indiferencia formidable. El sol, que se encuentra encima de nosotros, me obliga a entre cerrar los ojos y apenas puedo percibir que atrás, mi hermana me persigue en una especie de complicidad sin poder alcanzarme. Unas cuantas gaviotas sobrevuelan el cielo en un silencio atroz. Mis pequeños pies tocan el agua tibia salpicándome la cara. Mis ojos arden con la sal y una ola se viene contra mí, desvaneciendo por completo este recuerdo.

La playa Bruja
A un kilometro de la playa, un viejo espectacular en lámina mostraba la caricatura de una bruja volando sobre su escoba. Era inevitable no reparar en ella, se localizaba sobre en la entrada de la playa para que todos los visitantes pudiesen admirarla. A mí, aquella bruja me parecía muy simpática. Llevaba un vestido largo, botas puntiagudas y un sombrero color morado muy típico de las hechiceras de los cuentos. Daba la impresión de que la pobre se moría de calor con semejante indumentaria. Sobre su escoba un gato negro se erizaba clavando sus uñas en el palo para no caerse. La dibujaban de perfil, con ojos negros y pelo gris, volando en dirección al mar sobre un fondo blanco. Al pie del dibujo, resaltaba una frase en letras negras que decía: “Bienvenidos a la Playa Bruja, Mazatlán Sinaloa”. Debo decir que cada vez que paseábamos por esa zona, disfrutaba de verdad ver esa caricatura, era lo que más me gustaba, más que el mar, más que la arena, siempre me preparaba para buscarla y descubrirla, como si algo nuevo pudiese pasar dentro de ese dibujo. Ahora pienso que se trataba de un gancho perfecto para que todos los niños quisieran visitar aquella playa. En ninguna otra había algo dedicado a los niños, y por lo general ni siquiera había un letrero o una señal que te dijese en que lugar estabas parado. A pesar de toda esta mercadotecnia involuntaria, la playa era la menos concurrida de todas. A unos metros de ahí, una gran palapa había servido como restaurante de mariscos en mejores años. Pero para esa época ya se encontraba abandonada sin que nadie se atreviera a vender siquiera un par de cocos. Y esto era porque se trataba, según palabras de los mayores, de una playa traicionera. Cada año, por lo menos, uno o dos turistas (ó surfistas) morían ahogados en aquella playa. Podías leerlo en el periódico, por lo general, los remolinos de la zona, o la corriente, arrastraban a aquellos gringos hasta que aparecían sus cadáveres tres dias después, no muy lejos de ahí. Muy pocas veces bajamos para bañarnos (mi madre no nos dejaba mojarnos más allá de las rodillas)y hubo una temporada en que simplemente pasábamos por ahí como parte del paseo de todos los domingos. La bruja estuvo en su lugar por varios años, quizá y hasta que cumplí los trece o los quince. Luego, un día la quitaron y ya no supe más. Ese espectacular había sobrevivido todos los huracanes y ciclones de cada octubre, y cuando no la ví, me puse triste porque pensé que se habían robado un símbolo de mi niñez.

el abismo, hermano

Aún no entiendo muy bien esto del exponer tu vida en una página de internet sin tener una pizca de pudor que te diga: ¡Detente, coño!
Pero bueno, he me aquí, tratando de ocultar la sensación de desnudez que ustedes me provocan - ¡los odio a todos! - Nada personal, es simplemente uno de esos arranques que el anonimato otorga. Sí los tuviera frente a frente tal vez no tuviera las pelotas ni para darles los buenos dias. Sirva pues, esta página para desahogar todos los deseos frustados, los sueños inalcanzables, las depresiones cotidianas, y cualquier otra cosa que pueda enfermar el alma. ¿si no, para que sirve todo esto?
El 2004 parece ser un año prometedor (iluso) o al menos así pensaba en diciembre... la verdad es que nadie sabe que es lo que puede pasar. Siempre resulta inquietante el comienzo del año porque a mi cabeza llegan incógnitas como -¿quién se va a casar?- ¿quién va a tener más hijos?- -¿quién se va a morir?- Imposible evitar el viejo golpe de adrenalina en los huesos; que si tus padres más viejos, que si ya no eres un chico, que si vas a sentar cabeza.
Película del mes: una con kevin Costner y Diego Luna. Realmente apesta.
También es verdad que el año ha arrancado de una manera alucinante. Imposible creer que pudiese desenvolverse de la manera en que lo está siendo, juro por Dios, que dentro de mí hay miles de hombrecitos con pequeños trajes verdes y barba que gritan al unísono: Oooohhh!!! El abismo, hermano, el abismo.
Vicio del mes: Mandar mensajitos por el celular (una noñez imposible de evitar).
La semana entrante el comité de tesis del c.c.c. verán el último corte del Otro José para decidir cuanto presupuesto va a recibir para la postproducción (50 morlacos cuando menos 100 como máx.). Debo confesar que me da mucho nervio ese momento, sobre todo porque se trata de una competencia donde todos quieren los 100 mil (estamos Luisa Martinez, Chic Corea, Julián de Tavira, y varios más)
Imagen del mes: un coche rojo cubierto de postif aparcado en una unidad habitacional. No alcancé a ver exactamente que es lo que estaba apuntado en esos postif, había nombres propios y un par de números marcados con plumón. Todos eran amarillos, así que daban un buen contraste con el color del coche. El modelo era viejo, no pude reconocer la marca... era algo así como un shadow. La unidad habitacional se encuentra sobre eje diez, y descubrí el coche porque alguien me llevaba a casa y pasó por ahí...
Sin fumar: 26 dias.

viernes, enero 30

Esto es una prueba...
bip, bip, poc, tumb, tumb, tumb, choclo, cholo, choclo, pach, pach, pach, pach, iuuuuuuuuuuu... clank! pof, pof, pof, pof, pof........